La pasta de ajo y jengibre o «ginger garlic paste» (el nombre con el que conocí esta pasta a través de la cocina india), se hace imprescindible una vez que la descubres.
Como su nombre indica, no se trata de nada más que hacer una pasta con ajo y jengibre para tenerla siempre disponible a la hora de cocinar.
En este caso, mezclaré ajo y jengibre porque me gusta mucho el sabor que esta combinación aporta a todos los sofritos. Como todo va en gustos, también podemos preparar la pasta solo con ajo (garlic paste) o solo con jengibre (ginger paste). El procedimiento es siempre el mismo.
Una vez tenemos la pasta hecha, la guardamos en un frasco de cristal cerrado dentro de la nevera y viene durando unas cuatro semanas. Así que, creo que compensa dedicar 10 minutos a prepararla y después tener ajo y jengibre listo para usar en cualquier momento.
Preparamos la pasta de ajo y jengibre o «ginger garlic paste»:
En el vaso de la batidora de mano o en una trituradora, ponemos los dientes de ajo y el jengibre cortado en trozos. Seguidamente, trituramos durante unos 5 minutos o hasta que se vea una pasta homogénea.
Después, pasamos al tarro de cristal, guardamos en el frigorífico y ya está lista para usar en cualquier momento.
La pasta no necesita nada más, ni sal ni aceite. Si echamos sal, conseguiremos que el ajo y el jengibre suelten agua y aunque podemos usarlo, ya no queda igual de bien.
Dónde y cómo usamos la pasta de ajo y jengibre:
- La pasta de ajo y jengibre podemos agregarla a cualquier sofrito, que habitualmente haríamos con ajo.
- A la hora de utilizar la pasta, tendremos en cuenta que al echarla sobre el aceite caliente puede saltar. Cuando utilicemos la pasta, la echaremos sobre el aceite frío o templado y dejaremos sofreír unos 20 segundos o hasta que el ajo y el jengibre pierdan el olor a crudo.
- Cocinaremos la pasta en primer lugar para evitar el sabor del ajo crudo, después añadiremos la cebolla o los ingredientes que vayamos a usar. Por ejemplo, si queremos hacer una carne picada sin sofrito pero bien sabrosa, echaremos la pasta en el aceite templado y en cuanto empiece a subir la temperatura, agregamos la carne picada y salteamos a fuego fuerte.
- La pasta nunca debe quemarse, pues coge un sabor amargo muy desagradable.